La conducción nocturna: los cambios en nuestra visión:

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Coches atravesando un puente, por la noche. Fuente: Freepik

En invierno, cuando los días son más cortos, tendemos a conducir más por la noche.

Para aquellos de nosotros, que no tenemos una vista perfecta, deberíamos tomar en consideración los peligros de la conducción nocturna. No sólo por nuestras propias vidas, también debemos pensar en las vidas de aquellos, que encontramos en el camino.

Las luchas comunes de la conducción nocturna.

Un camino de noche, puede verse muy diferente a plena luz del día. Entre el resplandor de los faros que se aproximan y las sombras profundas, las próximas curvas y obstáculos son más difíciles de notar. Si bien algunas personas pueden confiar en su capacidad para adaptarse a las condiciones de conducción nocturnas, no todas las personas con las que comparten el camino lo hacen, y eso requiere que todos sean más cuidadosos para minimizar el riesgo de accidentes.

El envejecimiento hace más difícil  conducir de noche.

A medida que envejecemos, empeora nuestra visión nocturna. Esto se debe, a que gradualmente perdemos algunos bastoncillos de nuestros ojos (células especializadas que distinguen entre claro y oscuro). Entre otros problemas relacionados con la edad, las pupilas de nuestros ojos también tienden a volverse más nubladas y rígidos con los años, lo que dificulta el enfoque y aumenta la sensibilidad al deslumbramiento. Todo esto se combina, para hacer que la conducción nocturna sea más difícil con el tiempo.

Presta atención a los cambios en tu vista.

Los primeros síntomas de problemas oculares, que dificultan conducir de manera segura por la noche, incluyen efectos de halo, visión borrosa, tenue o nublada y aumento del resplandor, así como fatiga ocular. Si ha notado alguno de estos síntomas, es un buen momento para consultar a su óptico-optometrista. 

Hacer la conducción nocturna más fácil.

Hay varias soluciones y ayudas disponibles para ayudar a los conductores con dificultades nocturnas. Estos incluyen gafas apropiadas, dormir lo suficiente y comer alimentos saludables para los ojos, como zanahorias, o espinacas. Otro factor simple, es asegurarse de que las ventanas y el parabrisas estén limpios y que no se empañen.

Sin embargo, después de cierto punto, puede ser más prudente ajustar el horario para evitar conducir de noche. Por inconveniente que pueda ser, vale la pena el esfuerzo de mantenerse a salvo y no tener que preocuparse por el estrés de conducir en condiciones difíciles de ver.

Tu óptico-optometrista puede ayudar.

Si la conducción nocturna se ha convertido en un problema últimamente, ¡ven a vernos! ¡Te esperamos!

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